Amiga, sé que no te gustan las cursilerías y que a veces consideras que mi mundo es tan rosa que puede abrumar a cualquiera, pero no encontré un día mejor que hoy para decirte, a través de estas letras, todo aquello que no sé decirte con palabras. No te burles, aunque me encantaría hacerte reír con todas estas verdades que planeo hacerte saber.
Es para mí un placer haber coincidido en esta vida con una mujer tan libre como tú, tan loca como tú, tan dulce como tú. Es así como te defino, amiga mía. Me has regalado el más bello regalo que podría esperar de tu parte, tu cariño y tu amistad; y no sabes cuán agradecida me siento de eso.
A veces me pregunto, en momentos en los que mi vida se torna oscura, cómo es que hubiese podido sobrevivir sin tu presencia en mi vida. Y pensar que te conocí gracias a mis ocurrencias, esas que te hacen reír siempre, cuando más lo necesitas. Tú sabes cómo amo hacer reír a esos que hacen mi vida más feliz y contigo no es la excepción, eres mi mejor amiga y verte feliz me hace feliz.
Hemos estado juntas en todo momento, las cosas que nos unen son más que aquellas que creemos que pueden separarnos. No ha llegado nunca alguien a mi vida en la que pueda ver tanto de mí reflejado en otra persona como me pasa contigo. Amiga me has hecho creer que existen otras vidas y que en esa otra vida tú y yo fuimos hermanas; y qué bonito que esta vida nos haya reunido de nuevo para seguir fortaleciendo este gran vínculo.
No quiero que te sientas triste, quiero que rías, que vivas alegre para celebrar juntas el hecho de que siempre, siempre seremos mejores amigas.
