Mi primer amor no fue un chico. Mi primer amor fue un superhéroe, cuyo alias ante el mundo es conocido como papá. Sin embargo, yo a veces lo llamo papi o viejito, para que nadie sepa de él.
Mi papá me cuidó desde antes de saber de mí, preparando comida deliciosa y protegiendo a mi mami de cualquier cosa que pudiera afectarla o herirla. Al saber de mí, la cuidó con mayor esmero y le dio más cosas deliciosas que ella le pedía excusándose en que tenía antojos. Y a pesar del paso del tiempo, mi papá sigue cuidándola de la misma manera.
Cuando nací, él fue uno de los primeros en cargarme y fue quien sonrió con mayor alegría y felicidad (y junto con mi mami) al tenerme en sus brazos. Me tuvo paciencia mientras yo crecía, me enseñó a andar en bicicleta y me llevó a los Próceres, cada vez que podía para perfeccionar mi técnica. Tomó mi mano al montarme por primera vez en mis patines y me alentó a seguir cuando me caía.
Al pasar los años, mi papá siguió cuidándome. Sin embargo, yo empecé a verlo como un villano y no como un superhéroe. Esto se debe a que en aquel momento, no entendía porque me negaba tantos permisos, salidas y se oponía a tantas relaciones con chicos que yo soñaba o evitaba que algunas avanzarán cuando ya éramos novios. Y a pesar de tantos problemas, gritos y peleas, todo fue por mi bien.
Mi papá es tan increíble que no le importó hacer el papel de villano en mi vida, con tal de proteger a su niña y hoy después de varios años, entiendo y admiro todo lo que él hizo.
Hoy es el día del padre y solo quiero decirte, que a pesar de nuestras peleas, gritos y tu constante fastidio para que realice cualquier cosa, yo a ti te amo. Te amo como a nadie en el mundo mi superhéroe, mi papi, mi primer amor.
Nunca me dejes de cuidar superhéroe.