La vida me ha dado amor en forma de una mujer amable, que huele a rosas, que huele a jazmín, que lleva su pelo canoso y al natural, es mi abuela, la mujer que me llena el corazón de amor y el estómago de sabores inigualables.
Eres tú abuela, esa mujer que me hace renovar las esperanzas en el amor verdadero, ese que llegaste a vivir con el abuelo y que solo la muerte los separó.
La de los consejos amables pero de carácter marcado, así es mi abuela, esa que no sabe cuánto la quiero.
Sé que pocas veces te digo lo que significas para mí, pero quiero que sepas que en mi vida eres el mayor ejemplo a seguir. Tu personalidad dulce, tu noble corazón, tus chistes que aunque no entiendo me hacen llorar de alegría, alegría por tener a alguien como tú, abuela.
No existe en el mundo un olor que me haga más feliz que ese que tienes cuando te abrazo, a perfume, a jardín, a galletas, a amor de abuela, a esa mujer que ríe y llora cuando recuerda momentos que añora y atesora en su corazón.
Abuela, no sabes cuánto te quiero. No importa la edad que tenga, siempre necesito de ti, no imagino no verte más, aunque sé que va a llegar el momento en que no esté tu risa, no sienta tu olor y no escuche tus consejos.
Vamos a disfrutar cada momento, yo voy a estar para ti y sé que tú estarás para mí. Prometo quererte, prometo cuidarte cuando más necesites de mí, mientras estés conmigo el amor no te faltará, abuela querida.
Le digo al mundo que doy gracias por que seas mi abuela, gracias por ser así, como pocas abuelas, solo como las buenas, las excelentes, las que nunca se olvidan, aunque pasen los años y la vida nos aleje.
Te quiero, abuela.