Carta a un súper tío

Carta a un súper tío

Las visitas familiares para algunas personas suelen ser tediosas. No siempre una conexión de sangre es suficiente para que exista una buena relación. Es por ello que muchos amigos se convierten en casi hermanos porque los unen los mismos intereses y gustos. Pero yo he tenido la suerte de hallar en mi tío a un súper tío, una persona que me enseñó tanto como mis padres y abuelos. Pese a que no vivías cerca de nosotros cada vez que íbamos a visitarte en días feriados, fines de semana o vacaciones era una experiencia fantástica. Como no tuviste hijos y yo fui tu primer sobrino, creo que esto propició a que estuvieras más pendiente de mí, por lo que con los años ayudaste a fortalecer esta relación.

Es por el gran cariño y estima que te tengo que para mí tú eres mi segundo padre, un súper tío que jugaba conmigo hasta el cansancio, me cuidaba de los chicos y hasta me enseñó a manejar el coche. Siempre creíste en mí y me dabas un consejo valioso que ahorita en mi vida adulta recuerdo. Tu genial sentido del humor me hacía morirme de la risa. Tus visitas siempre eran una suerte de catarsis cuando no la estaba pasando bien.

PUBLICIDAD

Sé que recibí muchos regalos materiales de tu parte y, aunque los agradezco muchísimo, te confieso que lo que más valoro de ti es tu comportamiento conmigo. En el libro El Principito dice que “lo esencial es invisible para los ojos” y es así. Tú me apoyaste en mis victorias y fracasos. Eras exigente conmigo y no me dejabas hacer muchas cosas como salir a escondidas de mis padres, -me enseñaste a siempre decir la verdad- pero todo era por una razón: tú sabías que podía ser mejor, y así fue. Es por ello que cada vez que llega el día del padre pienso en ti tío, mi tío favorito, sencillamente, un súper tío con capa, como Superman que aún me hacer reír cuando estoy triste, igual que cuando éramos más chicos.

PUBLICIDAD

Incoming search terms:

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *