Algunas personas dicen que cuando encuentras el primer amor debes sentir mariposas en la barriga. Estoy seguro de que yo no sentí nada de eso al momento de conocerte, pero sé que tú las sentiste cuando me encontraba en tu vientre.
Sin dudar tú eres la primera persona que amé. Fuiste la primera persona que me conoció, pero mucho más allá de conocerme, fuiste la persona que me enseñó cosas como ser responsable, ser agradable, respetuoso, entre muchas otras cosas. Pero lo más importante, me enseñaste cómo amar a alguien, y de la mejor forma me lo demostraste.
Eres mi primer amor porque eres la primera y única persona con la que sé que puedo contar para cualquier situación. Porque cuando era un bebé y lloraba todos los días, tú estuviste ahí con tu paciencia. Cuando tuve mis primeros exámenes, la que me ayudaste a estudiar fuiste tú. Cuando una chica me atraía la que me dio consejos eras tú, porque sencillamente cuando lograba algo, tú estabas ahí para celebrarlo conmigo.
Mil agradecimientos para ti no son suficientes. No sé si sea suficiente, pero gracias mamá, porque tú me ayudaste a ser quien soy, y me diste el regalo de la vida. No hay forma de agradecer algo tan grande como tu amor, pero espero demostrarte que cada uno de tus sacrificios darán resultado en mí, no solo como profesional, sino también como persona, y espero poder hacerte sentir orgullosa, tanto como yo me siento orgulloso de que seas mi madre.
Muchas veces te olvido, o no te tengo en cuenta, pero quiero que tengas presente que mi principal motivación para cada acto que hago es para que tengas lo mejor de mí, ya que si yo tuve a la mejor madre del mundo, tú te mereces al mejor hijo.
