Carta de Amor: ¡Qué venga la lluvia!

carta de amor Qué venga la lluvia!

Al momento de escribirte, la oscuridad se apodera de la habitación. Unas nubes han tapado la luz del sol, la tarde se torna fría, un viento fuerte entra por las ventanas, parece que va a llover. Lluvia, es lo que me hace falta. Si llueve me introduciré en ella, dejaré que caiga sobre mí, empape mi alma y mi soledad.

Estás muy lejos y cuando pretendo decirte lo mucho que te extraño, un deseo enorme de sentir la lluvia me embarga. Claro, ahora entiendo, recuerdo que te conocía esa tarde cuando al salir del trabajo me sorprendió la lluvia en medio del parque, fue repentina, no tenía nada para protegerme. Tú apareciste como todo un héroe, de la nada, una gran sombrilla colocaste sobre mí y juntos caminamos hasta llegar a la puerta de mi casa. Desde entonces hemos estado juntos. Hasta ahora.

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Cuando tu ausencia resquebraja mis huesos deseo que llueva como aquella tarde. Para recordarte, para sentirte, porque tú eres la lluvia, porque la lluvia te trajo a mí. Tal vez si llueve como aquella tarde, tu presencia volverá a estar conmigo. Siento que entrarás de nuevo por esa puerta, alto y esbelto, con tu traje impecable y tus zapatos lustrosos. La enorme sonrisa de tu rostro iluminará toda la habitación de nuevo.

Creo que la lluvia se fue al igual que mi ilusión de verte pronto. En estas cortas líneas reafirmo mi amor por ti, te recuerdo que la llama del amor está viva dentro de mí y que cuento cada segundo para tu regreso. Estamos en invierno, cada gota de lluvia que caiga dejaré que me toque porque así sentiré que son tus manos acariciándome, abrazándome con la fuerza de tu amor. Puedes estar tranquilo, yo estoy bien, extrañándote y con deseos de que llueva; pero bien.

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